jueves, 7 de junio de 2007

una parte de la biografía



Una mirada a Juan José Saer

Escritor argentino, natural de Serodino, provincia de Santa Fe y radicado en París desde 1968. Vivió en el campo natal y enseñó en su país y en la francesa universidad de Rennes. Es autor de algunos cortometrajes cinematográficos y artículos de crítica literaria. En sus primeras obras se advierte la impronta del realismo y del Regionalismo americano: zona (1960), Palo y hueso (1965) y Unidad de lugar (1967) son colecciones de cuentos, que alternan con las novelas Responso (1964) y La vuelta completa (1967). A partir de los relatos de Cicatrices (1969) registra la influencia del objetivismo de la llamada nueva novela francesa, con la desaparición de los personajes y el protagonismo de los hechos y las cosas. En esta línea figuran los cuentos de La mayor (1976), y las novelas El limonero real (1974), Nadie, nada, nunca (1980), La ocasión (1988), Glosa (1988) y Lo imborrable (1992). En El entenado (1983) evoca un episodio de la conquista de América.
En 1987 obtuvo el Premio Nadal. Murió el 11 de junio del 2005 en París, víctima de un cáncer de pulmón.
Se puede decir que su obra es tan rica como su capacidad literaria. Que se trata del escritor más destacado de la literatura argentina actual. Pero nada de esto alcanza: para entender realmente de qué se está hablando cuando se habla de Saer, hay que leerlo. Vale la pena abandonarse a las palabras, dejarse seducir, enamorarse de su estilo.
¿Por dónde empezar? Atrapada entre dos líneas de fuego (la escuela, la cultura), la literatura ha sabido encontrar, a lo largo del siglo XX, intersticios para seguir hablando. ¿Cuáles han sido las estrategias de supervivencia de la literatura de Saer? “En literatura uno escribe un poco lo que puede, algo que se le impone. La insistencia de ciertos temas, construcciones, frases, son acompañados de una cierta reflexión. Es cierto que en algunos de mis textos privilegio una reflexión sobre los niveles de la percepción de las cosas. Se me impuso no tanto por la necesidad de reconstruir la realidad, sino por la pobreza perceptiva con la cual enfrentamos las cosas habitualmente. Lo que a mí me pasa es muy sencillo: la presencia de los objetos me resulta misteriosa. Miro un objeto y mi percepción está acompañada de un sentimiento de extrañeza. Ahora mismo veo esas sillas ahí”, Saer señala unas sillas abandonadas a la lluvia que cae mansamente sobre Buenos Aires esa tarde, “y es raro pensar de qué material son y cuál es su relación con el espacio y el tiempo. Diría que los objetos necesitan de un momento de vivacidad perceptiva para existir. Joyce y Piglia llaman a eso epifanías. Me parece que escribir sobre eso tiene que ir a dar en un enriquecimiento del sentido del objeto”. A partir de La pesquisa (1994) y, sobre todo en Las nubes (1997), las novelas de Saer parecerían haber apostado a índices de legibilidad mayores que los que regían sus textos anteriores. ¿Hay que entender ese abandono como una actitud estratégica? Saer no acuerda con esa lectura. “Esas novelas no hacen sino prometer un relato que nunca se cumple. En La narración-objeto, precisamente, incluí dos textos breves en los que explico un poco cómo funcionan esas novelas. Ahora estoy escribiendo textos breves como los Argumentos incluidos en La mayor”, dice, refiriéndose a una de sus obras más clásicas. En cuanto a la poesía, cuenta Saer, hace tiempo que ha abandonado ese hábito, del cual dio muestras con la recopilación El arte de narrar (1977).
Un imaginario —rescatado del río— brilla con luz propia
Su escritura —teñida por la obsesión con el tiempo y la permanente presencia del río, ligada a su infancia y a su amado país— reenvía una y otra vez a paisajes o personajes que se reiteran y toman nuevos significados en cada escrito, haciendo de un conjunto de textos —más allá de las historias, y de los marcos argumentales—, un solo texto.
Recorriendo las páginas de sus libros, no se puede dejar de oír el sonido que emerge, poco a poco, en el universo callado de la lectura.
Sólo hay que dejarse llevar por su estilo tan particular: ese cuyos rasgos más salientes son el uso de frases largas, y el manejo exquisito y ultrapreciso de la puntuación.
Su obra

"...decir que Juan José Saer es el mejor escritor argentino actual es una manera de desmerecer su obra. Sería preciso decir, para ser más exactos, que Saer es uno de los mejores escritores actuales en cualquier lengua y que su obra –como la de T. Bernhard o la de Samuel Beckett– está situada del otro lado de las fronteras, en esa tierra de nadie que es el lugar mismo de la literatura..."
Ricardo Piglia




  • Las ideas sobre la literatura que Saer defiende provienen no tanto de una teoría sino de la historia misma de la literatura en el siglo XX. Uno de los artículos incluidos en La narración-objeto analiza la historia de la novela como un progresivo desmantelamiento de la epopeya.
    “En esos relatos, la moral del fracaso es una constante. Es por eso que se puede decir que el optimismo es opresor. La redención es imposible... La idea misma de redención es psicológicamente inadmisible. En arte, la idea de redención es engañosa. Por eso hay que adoptar otro punto de vista. Es lo que hicieron Arlt, Borges, Di Benedetto. Es lo que se puede leer, también, en el Martín Fierro.. La paradoja es que el triunfo de la literatura se convierte en la ilustración de esa moral del fracaso. “Es cierto”, acuerda Saer. “Esa moral del fracaso estimula la creación artística. Porque el carácter triunfalista de los valores de la epopeya es opresor.” confesó

    Saer fue traducido al inglés, francés, alemán, italiano, holandés, sueco y griego.
    Toda su obra en castellano está editada por Seix Barral (también se consiguen algunas ediciones de Alianza, Ariel y Centro Editor de América Latina).

    Libros de cuentos:
    En la zona (1960)
    Palo y hueso (1965)
    Unidad de lugar (1967)
    La mayor (1976)
    Lugar (2000)

    Novelas:
    Responso (1964)
    La vuelta completa (1966)
    Cicatrices (1969)
    El limonero real (1974)
    Nadie nada nunca (1980)
    El entenado (1983)
    Glosa (1985)
    La ocasión (1986, Premio Nadal)
    Lo imborrable (1992)
    La pesquisa (1994)
    Las nubes (1997)
    La grande (2005, está en duda si terminó o no de corregirla)

    Ensayos:
    En 1983 publicó Narraciones, antología en dos volúmenes de sus relatos.
    En 1986 apareció Juan José Saer por Juan José Saer, selección de textos seguida de un estudio de María Teresa Gramuglio.
    En 1988, Para una literatura sin atributos, conjunto de artículos y conferencias, editado en Francia.
    En 1991 publicó el ensayo El río sin orillas, con gran repercusión en la crítica.
    En 1997, El concepto de ficción.

    Poesía:
    El arte de narrar (1977)


    Autobiografía lírica que recoge las huellas históricas de nuestros pueblos, sus condiciones geográficas, su vida y sus luchas, Memoria! de Isla Negra es la crónica de una época. Inspirado en la costa salvaje de Isla Negra y su tumultuoso movimiento oceánico, Neruda desarrolla aquí lo que estaba esbozado en la ultima sección del Canto general y que hallaría luego su exposición en prosa en el volumen de memorias Confieso que he vivido. En esta vasta obra, fundamental en su producción, el poeta desgrana un inventario de la propia experiencia, a veces nostálgico, otras satírico y hasta autocrático.

    (…)

    Lo que me llamó la atención:

    “En la tradición argentina, Arlt, el Martín Fierro y Borges reúnen las dos vetas. No el populismo, que no me gusta. El pueblo crea la lengua, ya lo sabemos, y ese uso coloquial de la lengua es lo que yo quiero utilizar. Me interesa escribir en una lengua muy directa y al mismo tiempo muy trabajada, pero de sabor coloquial, y escribir cosas universales, si lo podemos decir así. Una lengua que al mismo tiempo sea muy nuestra, que no tenga nada que ver con el español, ni el chileno, ni el peruano, sino de ahí, del Río de la Plata. Si yo pudiera, escribiría un tratado de filosofía en una lengua popular del Río de la Plata. Eso sí que me gustaría.”

7 comentarios:

Mariángel dijo...

viiste!!! yo sabía que ivas a poder!!!
te felicito, es un buen trabajo y además veo que si te ayudó lo de la clase y eso es bueno!!!
Ahh! y de paso aprendí más sobre Saer.

mariana dijo...

muy bueno toda una obra se arte me fasina como escribe saer y su desempeño en el exterior .......

Angeles dijo...

weno... kras kras kras kracias x komentar

flavia dijo...

Bueno angeles...que te vaya bien...veo que ya estas bastante encaminada con el trabajo.

exitos!

Profe Diana dijo...

Ángeles:
Cuando se quiere se puede...
¡La noche de insomnio dio sus frutos!

Marcia dijo...

Interesante tu trabajo, valió la pena pasar en vela una noche.no?
Me dió ganas de leer algo de Saer.
Saludos.

Blogger dijo...

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